Papito, hoy que la nostalgia quebranta mi corazón,
y en medio de este sufrimiento que conmueve la razón, pienso en ti, y...
Oigo tu voz cariñosa cantando junto a mi cuna,
como si fueras un niño.
Siento tu abrazo tierno frente a mis temores,
siento tu abrazo fuerte ante mis desconsuelos,
siento tu abrazo amigo frente a mis anhelos.
Veo tus ojos radiantes frente a mis triunfos,
veo tus ojos lluviosos ante mis sufrimientos,
veo tus ojos dichosos ante las algarabías
que desborda tus nieta en sus alegrías.
Buen hijo, buen hermano, padre bueno y ejemplar,
buen esposo y ejemplo en tu hogar.
buen esposo y ejemplo en tu hogar.
Ochenta años de vida te tuvieron que cansar,
y queriendo descansar te dormiste de tanta vida.
¡Silencio! Que en su féretro de pino está durmiendo.
Su esposa, hijos y nietos están guareciendo
a ese grandioso hombre,
que vivirá por siempre en sus corazones.
Dedicado a mi abuelito Eduardo
No hay comentarios:
Publicar un comentario